El concierto está a punto de terminar. No sé si Iris ya ha
advertido mi presencia pero yo no dejo de mirarla. Últimos segundos, la música
va poco a poco disminuyendo su volumen, la frecuencia cardíaca se relaja. Cada
vez es más difícil continuar escuchando hasta que al fin, se hace el silencio.
El público comienza a aplaudir, ensordeciendo la sala y el grupo desaparece
tras la cortina. Me levanto y me acerco a la puerta del backstage para esperar
a Iris. A los 10 minutos aparece ella, ya cambiada. Esta vez no lleva vestido,
sino una falda corta con volantes de color negra y una camiseta de tirantes de
color blanco.
-Buena actuación. -digo yo con una sonrisa.
-¡Leo! ¡Has venido! -dice ella mientras se acerca.