Sábado por la mañana. Abro la ventana con tranquilidad,
mientras dejo que la brisa fría recorra mi rostro. Son las 11:00. El día ha
salido nublado, después de la tormenta de anoche no me extraña. Dicen que tras
la tempestad, llega la calma.
* *
*
| "Spaguetti", Félix García |
Hora de comer. Estoy haciendo pasta, una receta que me
enseñó un compañero de la universidad cuando fui a Italia con la beca Erasmus. “La bella Italia”, qué recuerdos. Falta un poco de orégano y cinco
minutos más. Alguien me está llamando al móvil. La gente siempre elige el
momento más inoportuno. A ver de quién se trata. “Iris, llamando”.
-¿Hola?
-¡Leo! ¡Soy Iris! ¿Qué tal? -pregunta ella muy
enérgicamente.
-Bien, justo me
pillas haciendo la comida.
-¿Cocinando? ¡Es verdad, son casi las 2! ¿Quieres que te
llame más tarde?
-No tranquila, todavía le quedan unos minutos a la pasta.
-Perfecto entonces. Quería decirte que anoche me dejé el
teléfono en casa y no pude contestar.
-¿En casa? Pero si oí a alguien.
-Sí, fue Laura. Esta mañana me lo ha contado pero me dijo que
le colgaste.
-Cierto, colgué. Sólo quería comprobar una cosa.
-¿Llamándome por la noche para después colgarme? -dice entre risas.- Dime, ¿qué
intentabas comprobar?
-Verás, salí con unos amigos y conocí a una chica que se
llamaba Iris. Pensé que sería mucha casualidad que fueras tú y decidí llamarte
para ver si lo eras o no.
-¡Vaya! Ahora que lo pienso, también conocí a alguien que se
llama como tú. Un amigo de Juan y Raquel. ¿Eras tú? -pregunta sorprendida.
-Resulta un tanto extraño pero sí, era yo.
-Y que lo digas. Es una lástima que no hablásemos mucho. Por
cierto, ¿te gustó la actuación?
-Me encantó.
* *
*
La conversación duró un poco más, y fui a comer. Hemos
quedado el viernes que viene para volver a vernos en el local. Más tarde
llamaré a Juan y le contaré toda la historia.
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